INSTRUCCIONES

Éste es, no lo dude, un homenaje descaradamente plagiario a Julio Cortázar.

jueves, 20 de diciembre de 2007

Instrucciones para contar una historia.

para Lou Reed
para Bob Dylan
para Tom Waits
para Gabo Ferro
para Joni Mitchell
para Serge Gainsbourg
para Leonard Cohen, especialmente
... y para aquellos que estoy olvidando.

Empecemos por admitir que nadie inventa nada y que todos nos apropiamos de historias que están por todas partes a nuestro alrededor.

Esas historias son agua de un mar cuyo nombre se escribe en mayúsculas.

Es fundamental que el relator comprenda su función de grifo por el cual intenta librarse ese flujo de agua salvaje.

De tal modo, si uno abre demasiado las compuertas, corremos peligro de empapar a nuestro interlocutor (o a nuestros interlocutores) con un chorro hiperpoblado de hechos y personas imposibles de asimilar. Si, en cambio, las compuertas dejan al relato poco espacio por dónde fluir, la historia será tediosa (por no mencionar que todo el mundo odia las goteras). Algunos de nosotros, extremistas del relato, consideramos que la muerte suele ser preferible a una historia tediosa en el 93% de los casos.

Al cabo de los años, no obstante, las compuertas suelen fallar (antes o después, lo cual dependerá del correcto o incorrecto mantenimiento y del uso dado) y no será raro encontrarnos un día en la cola de algún banco, contándole a un pobre cadete de oficina historias de una infancia embellecida por el olvido y la prosaica amargura del presente.

martes, 4 de diciembre de 2007

Instrucciones para la desazón.

"Todo se ha ido en el olvido
porque mi cuerpo se quedó dormido"
- Germán Daffunchio.

El rugido ferozmente deconstructivo de un martillo neumático mordiéndonos los tímpanos, como un felino gris enorme; intratable.

La esperanza infundada de que algo suceda, de que la náusea se duerma por fin, de que el prisma deformado a través del cual sucede nuestra mirada cambie mínimamente de color, una vez, si al fin y al cabo qué le cuesta.

Dos zapatillas desdeñosamente apareadas al suelo; una de ellas resollando talco; la otra: dibujando abanicos invisibles sobre el amarillo triste de la baldosa.

El esfuerzo fallido por materializar unos pocos pensamientos dulces en la memoria, que apenas si logra ensamblar dos o tres fantasmas acuosos en el espacio cóncavo de las horas.

Música tediosa sonando debajo de las ruinas de esta cosa densa que se nos acerca y nos anuncia con apatía: buenos días, soy la realidad, etcétera.

Más que ninguna otra cosa y precisamente: etcétera.

jueves, 29 de noviembre de 2007

Instrucciones para la muerte.

"Do not go gentle into that good night.
Rage, rage against the dying of the light."
- Dylan Thomas.

El asunto de la muerte es solamente una humorada de mal gusto.

No deje que la inminencia y obligatoriedad de la muerte le impidan aprovechar el hecho de que aún está vivo.

miércoles, 28 de noviembre de 2007

Instrucciones para el ocio.

El ocio es una porción de la vida de una persona dedicada enteramente a la exploración de su identidad.

Nos han mentido que el trabajo dignifica y que el pan debe ser ganado con el sudor de la frente, pero nunca conocemos el sudor de la frente de quienes proclaman estos dogmas, ni mucho menos nos consta su dignidad.

Desde este pequeño espacio de subversión proponemos el ocio como actividad revolucionaria, teniendo a la búsqueda de la felicidad y la propia identidad por único manifiesto.

Sea el ocio nuestra declaración de principios y nuestra piedra entre los engranajes de un exprimidor para el cual no valemos más que por nuestro jugo.

martes, 20 de noviembre de 2007

Instrucciones para la belleza.

En este preciso instante, la belleza le está tocando el rostro, con dedos de niña.

Si usted no se da por aludido, puede que ella lo acaricie tiernamente.

De persistir en su desdén, aunque no siempre, es aún probable que la belleza le de un bofetón leve y amistoso, o un empellón en el que ya se podrán adivinar las raíces gruesas del fastidio.

Una sola cosa nunca sucederá: que la belleza lo despierte a sacudones de su coma prosaico, de su letargo catódico u oficinezco; antes que eso se aburrirá de usted e irá a buscar el aprecio de otra persona.

La belleza es una lluvia a mares, pero no moja al que no quiere mojarse.

viernes, 16 de noviembre de 2007

Instrucciones para tocar.

El cuerpo posee una red que comunica millones de puntos sensibles ubicados en su superficie.

Si usted no reparó antes en la maravilla que esto constituye, en el hecho de que vivir es la interacción de muchísimos pequeños orgasmos simultáneos alrededor suyo, tómese unos segundos para pensarlo.

Olvídese de todo lo demás por un rato y sienta la cosquilla.

¿La siente?

El ronroneo debajo de su piel es causado por incontables impulsos eléctricos que la recorren sin cesar. El simple e incomprensible hecho de existir en estas condiciones nos construye culturalmente sobre un vértice de placer puro; infinito.

Tocar cualquier cosa, con cualquier parte del cuerpo, amplifica varias veces éste estímulo de placer.

Sobra decir (ustedes bien lo saben) que diferentes áreas tocantes en contacto con diferentes cuerpos tocados producen diferentes efectos y, por ende, diferentes placeres; más aún, si ambas áreas tocantes son orgánicas y dotadas, cada una, de la cosquilla vital que hemos descripto anteriormente.

Haga uso de su capacidad de combinar estas circunstancias de interacción táctil a su gusto.

Experimente.

Hasta el momento, es ignota la posibilidad de que la cosquilla se prolongue en el tiempo más allá de la existencia del cuerpo, y por eso recomendamos disfrutar del tacto constantemente y sin frivolizarlo, ya que, como ha dicho Kerouac: "tengan siempre en mente que, aunque la carne sufra, las circunstancias de la existencia son bastante gloriosas".

miércoles, 14 de noviembre de 2007

Instrucciones para la oscuridad.

No crea, como dicen, que la oscuridad encierra terribles monstruos.

No negaremos que existen, ni que allí están, efectivamente, pero sepa que esos seres no son peores ni mejores que usted, ni dejan de asustarse toda vez que usted se levanta para ir al baño de madrugada y, sin querer, les roza los pies con los suyos, helados.

Afortunadamente, ni los temores hacen guardia veinticuatro horas al día.

Pero volviendo a lo que nos convoca, nuestra oscuridad favorita es aquella oscuridad benefactora, cobijante; la oscuridad que amplifica las caricias y se apiada de los que sollozan; la oscuridad de siesta con goles o llena de conversación o entreverada de mordiscos y humedades; la oscuridad en la que Sgt. Pepper's Lonely Hearts Club Band puede meter una feria de curiosidades entera en una pieza de dos por dos; la oscuridad en la que la inspiración resuelve a cimbronazos crudos los problemas que uno recoge como conchillas que deja la marea diurna; la oscuridad llena de teamos, tequieros, teadoros, que raramente son falsos si se dicen a oscuras (o al menos no lo son en el momento de ser dichos).

Recomendamos disfrutar esa oscuridad con todos los ojos del cuerpo bien abiertos.

Índice de instrucciones

Se sabe de un viajante de comercio a quien le empezó a doler la muñeca izquierda, justamente debajo del reloj de pulsera. Al arrancarse el reloj, saltó la sangre: la herida mostraba la huella de unos dientes muy finos.

Fragmento de: "Instrucciones-ejemplos sobre la forma de tener miedo" de Julio Cortázar.